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¿Es momento de cambiar?

¿Es momento de cambiar?

¿Es momento de cambiar?

En el post Mi primer paso y mi ancla te hablé sobre mi experiencia personal para conseguir dar mi primer paso. Ahora, te quiero compartir las emociones, sentimientos y obstáculos que se manifestaron en mi vida y que me hicieron darme cuenta que no debía permanecer donde mismo. Era momento de cambiar.

Es momento de cambiar?

¿Cómo sé que es hora de cambiar?

Sabes que es hora de cambiar, si piensas que en tu situación vital no eres capaz de hacer un cambio pero al mismo tiempo ese hecho te duele, te genera ansiedad, te frustra o te incómoda.

Personalmente, creo que uno siempre se da cuenta de lo que nos está ocurriendo.

Solo que a veces, no lo queremos admitir. Y es que, por increíble que parezca podemos sentir un “beneficio” de no dar el primer paso  y no salir de la situación actual en la que nos encontramos.

Como por ejemplo: permanecer igual que siempre, evita enfrentarnos a lo desconocido, a la incertidumbre, la crítica, a la soledad, al esfuerzo, a las inseguridades, etc.

Hago énfasis en las emociones y sentimientos porque ellas son el aviso. Sin embargo, puedes convertirlas en tus aliadas, transformándolas  en el combustible que te de la fuerza para aceptar que es hora de cambiar.

¿Por qué se siente resistencia al momento de cambiar?

Como lo dije antes, hay “algo” en nuestra situación actual que nos da un «beneficio».

Así que, lo primero, es reconocer ese “algo” para evaluar  los pros y  los contras. También es necesario hacer una lista y ver si antes  puedes dar otros pasos.

Recuerda que no todos los cambios tienen que ser radicales. Este es un consejo que repito todo el tiemo durante mi curso «Crea con éxito hábitos positivos». Hay una frase que me gusta mucho para estos casos y dice: “Comienza donde estás, usa lo que tienes, haz lo que puedes”.

momento de cambiar

Estas son algunas formas de como se puede sentir la resistencia al cambio.

 

  1. Te acuerdas del deseo que tienes y luego piensas: «Lo haré más tarde». «Mejor mañana». «El lunes». «No tengo dinero». «No sé como». «No puedo».
  2. Estás haciendo lo que te propusiste y piensas: «Es difícil». «No lo consigo». «Ya me aburrí». «Tengo cosas más importantes que esto». «¿Hasta cuándo voy a ver resultados.?»
  3. Te comparas y piensas: «Falta mucho para que yo logre lo que esa persona». «No tenemos la misma edad». «No estamos en la misma situación».
  4. No crees que puedes conseguir resultados iguales o mejores que quien te inspira y piensas: «Sí no lo hago igual, entonces no funciona».

Cuando reconozcas estas señales recuerda que lo principal es enfocarte en tu estilo de vida y luego ajustar todas las cosas buenas que sabes debes hacer, a la etapa en la que te encuentras.

Tu camino y tu recorrido son únicos, no deberías copiar el modelo de nadie, pero esto no quiere decir que  no puedes usarlo como una base para crear tu propio mapa y comenzar tu recorrido.

Muchas veces para vencer de a poco la resistencia basta con informarnos.

 

Soy fiel creyente que la información es esencial porque te da la pauta para abrir tu mente a nuevas ideas.

  • Hay muchas maneras de informarte. Lo puedes hacer:
  • Comprando un libro referente al cambio que quieres hacer.
  • Ver documentales de fuentes confiables.
  • Acercarte a personas que tengan el conocimiento que estás buscando.
  • Tomar un curso.
  • Asistir a un taller práctico.
  • Buscar grupos de apoyo.
  • Rodearte de más personas que tienen el mismo objetivo que tú.

En mi caso los libros, los cursos y rodearme de las personas con el mismo propósito que yo, son las acciones que más me ha ayudado a saber que es hora de cambiar y dar el primer paso.

El obstáculo de la desaprobación al momento de cambiar.

 

Si antes has intentado dar tu primer paso a un nuevo comienzo, seguro que te has enfrentado a la desaprobación. Me refiero a todas las opiniones de quienes nos rodean. Pero a veces recibes más opiniones de las que pediste.

La mayoría de las veces, todas esas opiniones proceden de los miedos y creencias propias de quienes las expresan.

Por lo qué, la próxima vez que alguien opine sobre el cambio que estás haciendo escucha pero si la persona no ha vivido una experiencia como la tuya, agradécele y continúa con tu intención.

Si por alguna razón, tienes dudas, busca el consejo de alguien que sí comparte algo en común contigo y que ya vivió el momento de cambiar.

En otras palabras, escucha primero a tu intuición. No permitas que entren a ti, frases que no te motiven o inspiren.

Nunca vamos a evitar las opiniones de otros  pero sí podemos dejarlas ir sin engancharnos con ellas. Acércate más a grupos donde estén las personas que ya consiguieron lo que tu estás buscando, observa y saca tus propias conclusiones.

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El obstáculo de la desaprobación al momento de cambiar

Date el tiempo necesario para dar el primer paso pero no te quedes inmóvil.

Parece como si quedarnos en nuestra zona de confort fuera mejor y sí, puede ser cierto pero solo por un tiempo.

La vida es impermanencia y es movimiento en todos sus aspectos y en todas las etapas que existen. Su estado natural es transformación y crecimiento.

Cuando nosotros bloqueamos su flujo apegándonos constantemente a una sola forma de vivir forzamos un desgaste prematuro físico, mental y emocional que causa dolor. Es la vida misma la que nos está diciendo: «Es hora, anda es tiempo de un cambio.»

Hacer un cambio también puede resultar doloroso pero te aseguro  que ese dolor es temporal, en cambio, si ya estás recibiendo señales como las que mencioné anteriormente, esas no se van a ir y seguirán doliendo, molestando e incomodando.

Mientras no des un paso adelante y en una dirección distinta, lo único permanente será la insatisfacción.

Piensa en esto: Para comenzar, solo necesitas girar un grado al timón y en poco tiempo verás un horizonte diferente.

Bases para hacer un cambio.

 

Es común que la mayoría de nosotros consciente o inconscientemente sintamos incertidumbre de explorar nuevos horizontes, donde pareciera que uno estará solo, hasta que alguien decida acompañarnos.

La realidad más común es que no es así. Hay muchos dando nuevos pasos y formando parte de comunidades donde hay más como tú y como yo.

A continuación, encuentra las bases para crear un ruta para cuando decidas que es momento de cambiar.

 

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Descarga este PDF con una guía que te ayudará a identificar en que área de tu vida podrías necesitar dar tu nuevo primer paso. Da click en la imagen.

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Sobre Alejandra Villarreal

Sobre Alejandra Villarreal

Como fundadora de orígenes primarios® y coach en hábitos, el propósito de Alejandra Villarreal y su marca es enseñar habilidades y hábitos positivos que promueven el bienestar en la vida cotidiana a empresas y personas de habla hispana alrededor del mundo. Mediante herramientas para el manejo de estrés, la inteligencia emocional, la atención plena o Mindfulness, mejorar la salud física y la creación de hábitos positivos.

Alejandra cree que el mundo sería un lugar mejor si más personas practicaran la atención plena, las habilidades de inteligencia emocional y hábitos positivos, ya que nuestros hábitos tienen el poder de definir todo lo que somos y todo  lo que hacemos a diario. Para ello y a través de su marca se dedica a la difusión de herramientas y métodos científicos, y de transformación basadas en investigación y estudios de casos del mundo real para respaldar este objetivo

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Mi primer paso y mi ancla

Mi primer paso y mi ancla

Voluntad, motivación o entusiasmo. Ninguna es tan poderosa como la consciencia de uno mismo en el momento presente.

Voluntad, motivación o entusiasmo. Ninguna es tan poderosa como la consciencia de uno mismo en el momento presente.

Siempre me he creído una persona muy responsable y sumamente comprometida con las tareas que se me asignaban profesionalmente  o con cumplir mi palabra a quien se la había dado.

Me sigo definiendo como una persona muy pendiente de mi negocio, clientes, proyectos, compromisos, correo electrónico. Eso indudablemente me ha llevado a tener el reconocimiento de las personas y su aprecio. También me ha dado el titulo de ser una persona confiable y leal. Estoy muy orgullosa de que así sea.

Pero hace tres años me di cuenta que por muchos años no estaba siendo confiable ni leal conmigo misma, me traicioné y auto-saboteé cientos de veces. Me dije muchas veces que iba a ser una cosa por mi y no la hice. Que ya no iba a hacer otras y continué. En otras ocasiones ni siquiera me detuve a pensar si la forma en la que me sentía podía ser diferente.  Estaba claro que en ese entonces no me estaba valorando. Vamos! ni siquiera me acercaba al valor que le daba a mi trabajo y a los demás.

Hoy, ya no es más así. Mantengo un sano balance entre mi salud,  el desarrollo personal, la familia y lo profesional. Pilares que para mi, en esta etapa de mi vida son los más importantes.

UNA COSA A LA VEZ

Como muchos ya saben, mi primer paso fue mejorar mi salud. Me había quedado muy claro que sin salud no hay nada. Que sin salud todo lo disfrutaba a medias, lo sentía a medias, lo vivía a medias. Yo ya no quería nada a medias. También había aprendido que mi estilo de vida y mi estado de salud no solo física si no mental y emocional tenían la fuerza de impactar directa e indirectamente en la salud y la calidad de vida de los que me rodeaban.

MI ANCLA

¿Cómo logré dar ese primer paso? ¿Qué hice para mantenerme y no moverme si no era para adelante? Siendo sincera, tuve que buscar un ancla.

Así que, cuando tuve la intención de cambiar lo que yo sabia que no le estaba haciendo bien a mi cuerpo por algo que si lo hiciera, hice un compromiso con alguien. Obviamente, no fue conmigo misma. Después de todo, yo era mejor cumpliendo mis compromisos con los demás.  En ese entonces me comprometí con la memoria de un ser querido.

Mis primeros cambios fueron en la alimentación y la actividad física porque era de lo que más tenia conocimiento —Jamás lo hice con la intención de bajar de peso — había leído que cambios en esos dos, podían ayudarme a deshacerme de la gastritis, la colitis, el estreñimiento, la inflamación, el estrés, el insomnio, la ansiedad, prevenir las enfermedades crónico-degenerativas y todo lo demás que no me hacia parecer una persona saludable.

EL COMPROMISO

Recuerdo que  inicie por caminar en las mañanas – Me había comprado una caminadora, aún y con la mirada incrédula de mi esposo, después de todo no era la primera vez que decía una cosa y hacia otra – todas las veces que desperté quería quedarme viendo la televisión o hacer todo, menos caminar. Pero cada que me decía: “ahorita no, mejor al rato o mañana” Me levantaba de inmediato, me iba directo a la caminadora sin distraerme ni siquiera en cambiarme, —  las primeras veces camine descalza y en pijamas —   me subía y a caminar. No pasaban más de 10 minutos y ya quería bajarme. Entonces, llegaba el momento de usar mi ancla. Cerraba los ojos, me agarraba de los brazos de la caminadora, alzaba mi vista y me repetía: Hiciste un compromiso con alguien. Puedes continuar, hazlo!

Y no era que estuviera corriendo ni siquiera me sentía cansada. Simplemente sentía un aburrimiento, una sensación de: es más divertido ver la televisión, trabajar en la laptop o incluso limpiar la casa. Cosas que ya eran un hábito. Claramente moverme y hacer ejercicio no lo eran.

ACEPTAR MI VERDAD SIN EXCUSAS

Así pues,  tuve que aprender a estar alerta de mis pensamientos.  Cuestionar mis decisiones y ser un observador implacable de mis propias acciones. Fue un proceso constante y largo de preguntas y respuestas a mi misma. De cuestionarme cada cosa que pensaba o que hacia. Por ejemplo: Me preguntaba: ¿Por qué en lugar de caminar que es algo que ya sabes que te ayuda, prefieres ver televisión?

Me discipline a dar una respuesta honesta a todo y si no me gustaban mis respuestas entonces me planteaba que tenia que hacer para que mis respuestas fueran diferentes. Por ejemplo: mi respuesta honesta a la pregunta anterior – después de yo misma darme cientos de respuestas convenientes que eran más excusas y pretextos – fue: Estoy acostumbrada a ser victima, culpar a los demás y al entorno,  y quejarme de todos mis males. No quiero asumir el compromiso de hacerme responsable de todo cuanto me sucede. Es muy fuerte, lo sé. Pero fue mi verdad y  hasta que la acepté  lo pude cambiar.

Aceptar mi verdad sin excusas

TODAS LAS RESPUESTAS LAS TENÍA YO

Para la alimentación pasó lo mismo, había veces en las que me decía: No se me ocurre hacer platillos con verduras que no sean ensaladas. Ninguna verdura me gusta. Pero otra vez, estaba ahí mi compromiso y pensaba… Bueno si mi ancla estuviera aquí y  me preguntara como podría aprender cosas nuevas ¿Qué haría yo? Lo más probable es que le ayudaría, le invitaría a buscar en internet o  le regalaría un libro de recetas. Le diría que probara las verduras muchas veces, de a poquito. Ahí estaba de nuevo, yo tenía siempre todas las respuestas.

Con el tiempo y la práctica de la meditación comencé a creer más en mi, a ser honesta, a aceptarme sin juzgarme y mucho menos culparme por nada.

EL ÉXITO

Todo funcionó. Gran parte del éxito fue la información de la que me llené, la ayuda que pedí — aunque no fuera presencial —  y sobre todo cambiar mi manera de pensar.

Con el tiempo y la práctica de la meditación comencé a creer más en mi, a ser honesta, a aceptarme sin juzgarme y mucho menos culparme por nada. Liberé a mi ancla y le agradecí infinitamente la fortaleza que me brindó.

La meditación me ayudó a reconocer que todas mis decisiones han sido buenas porque cada una a sido tomada de acuerdo a lo que sabía. Que la información y las creencias que tengo en cada momento de mi vida, sean mías o no, sean verdad o no, depende de que tantas cosas nuevas aprenda todos los días y que sentido me hagan a mi.  Ahora sé, que si una creencia no me hace sentir bien, no es para mi. Aún y cuando medio millón de personas actué en base a ella, yo haré algo distinto.

SI ALGUIEN PUDO, TÚ TAMBIÉN PUEDES

Ahora te toca a ti. Encuentra tu motivo, da tu primer paso, elige tu ancla y consigue lo que desees. Porque si alguien más pudo, también tú puedes hacerlo.

Alejandra Villarreal F.

Alejandra Villarreal F.

Coach en cambio de hábitos y emprendedora